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Mostrando las entradas de octubre 19, 2008

Buñuel en México

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    Algunas de sus historias me parecieron terriblemente tristes como para salir de la sala cabizbajo y ausente, adormecido por el poder hipnótico del cine, abrumado por una “tempestad de sueños que fluyen en oleadas” ¹. Empecé ha asociar al director español con la desolación, la angustia y el pesimismo de sus personajes: muchachos de la calle que golpean a un músico ciego sin ninguna compasión (Los Olvidados), un arquitecto enceguecido por el egoísmo y los celos (Él); o un cura cuya estricta fe en Dios es puesta a prueba al ser expulsado de la iglesia y descubrir que sus oraciones de nada sirven frente a la pobreza y la injusticia (Nazarín).     La soledad, la violencia y la orfandad eran definitivas cualidades de la mexicanidad en el imaginario de Octavio Paz (ver "El laberinto de la soledad") y son justamente estas dificultades las que atraviesan los personajes en “Los olvidados” (1950). Buñuel criticó el estilo visual, el folklore oficial, las fisuras y los fracasos del