El sonido alrededor


  
    A veces los espectadores no somos conscientes del efecto que producen los sonidos ya sean naturales o artificiales. 

   En El sonido alrededor (O som ao redor/Neighboring sounds) del brasileño Kleber Mendoça, los sonidos y los ruidos crean, por momentos, un ambiente enrarecido e inquietante.

   Las primeras imágenes son fotografías en blanco y negro de antiguos pobladores rurales de Pernambuco en el nordeste brasileño, mientras se escuchan unos tambores amenazantes. La historia comienza en una zona residencial en Recife. Pero alguien podría decir que no hay realmente una historia, sino simplemente diálogos y escenas como la de una mujer perturbada por los ladridos de un perro; un niño jugando con su pelota; o agentes de seguridad contratados para vigilar las calles aledañas.

   El director Kleber Mendoça se refiere, en una entrevista, a la película Divina intervención del director palestino Elia Suleiman, en donde también existe un inquietante ambiente urbano con un estilo conciso y contemplativo, escasos diálogos y planos estáticos

    Algunos objetos filmados en planos breves pasan desapercibidos en "El sonido alrededor", pero una nueva re-visión de una situación determinada permite que sean reinterpretados. En la primera parte titulada "Perros guardianes”, un zoom in a través de una ventana muestra los edificios que dominan el paisaje y transmiten una sensación de opresión. Una corona de flores mortuorias en una terraza insinúa un suicidio: una misteriosa muerte en extrañas circunstancias que afecta a una posible compradora del departamento que muestra Joao. La cámara de video instalada en una casa y la radio robada de un auto representan la inseguridad y el miedo en que viven Joao y su padre, a pesar de la tranquilidad del barrio.


   En la segunda parte,  Guardias nocturnos”, aparece Clodoaldo, el nuevo guardián de la cuadra que muestra a sus colegas el video de la muerte de un vigilante. En una reunión de vecinos, un niño enseña el video que grabó del portero del edificio durmiendo plácidamente. El mismo portero observa, a través de un monitor de video a Joao y su novia besándose en el ascensor. Y Bia, la madre de familia irritada con los ladridos de un perro, consigue un pequeño aparato (bark free) que emite un agudo e insoportable sonido de alta frecuencia —acaso un grito de desesperación— que perturba al perro. La tecnología no solo forma parte de la vida urbana sino que condiciona nuestra existencia, la forma de percibir la realidad y de comunicarnos en ambientes aislados.

    En la tercera y última parte titulada “Guarda costas”, Joao, su novia y el abuelo don Francisco almuerzan en una plantación rural, hablan del futuro y recorren algunos lugares abandonados. Hay en estas últimas escenas un marcado contraste entre la naturaleza campestre y la modernidad urbana, entre la cotidianidad del presente y las huellas del pasado.





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