Dioses


  Dioses (2008) del peruano Josué Méndez, muestra dos formas de afrontar la vida en una familia. La actitud despreocupada de Diego (Sergio Gjurinovic) y su hermana Andrea —se sugiere una relación incestuosa y conflictiva— se justifica en la solvencia económica del padre empresario, Agustín (Walter Saba), que le permite resolver con pragmatismo los problemas que se presentan. Su joven pareja Elisa (Maricielo Effio) intenta adaptarse al nuevo ambiente de una clase social distinta.

  Cuando Diego deja la casa en el balneario de Asia y toma un bus hasta El Agustino para buscar a una de las empleadas, su rostro se llena de asombro al contemplar el paisaje de las casas en los cerros que rodean la ciudad de Lima. Para quienes vivimos en la capital resulta bastante obvio este contraste entre dos realidades completamente disparejas y casi opuestas.

  Hay una cierta rigidez actoral (alguien dijo solemnidad) debido quizás a la objetividad, el distanciamiento y la ausencia de un guión, como confiesa el director Josué Méndez al describir su segundo film como "el retrato de un mundo de grandes apariencias, en el que todo está muy bien cuidado y sigue un orden muy rígido".



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