Paraíso



  El estilo distante, casi documental, evita cualquier comentario frente a una realidad llena de carencias (no hay agua, ni pistas). "Paraíso" podría ser una película neorrealista aunque San Juan de Lurigancho esta muy lejos de ser o parecer la Italia de posguerra en los años 40. El tema de la violencia política, como en "La teta asustada", aparece más bien como un recuerdo relacionado a los padres de los protagonistas.

  El ambiente precario y a veces desolado de Cajamarquilla parece reflejarse en la tristeza y frustración de los cuatro amigos del barrio frente a un futuro incierto. Mario (José Luis García) tiene la esperanza de ingresar al Ejército y Antuanet (Yliana Chong) mantiene una preocupación constante por estudiar en una Academia. En medio de este ambiente algo melancólico, como el huayno durante una fiesta de aniversario que celebran los migrantes, hay chispazos de humor involuntario en algunos comentarios (Lalo dice que hubiese sido mejor haberse tomado el anisado en vez de usarlo para bautizar la casa). Otro momento de alegría se da en el circo, con el payaso bailando perreo o el hombre araña meciéndose en el aire.

  La ausencia de música original da importancia al sonido ambiental, cuando se escuchan las voces de Joaquín (Joaquín Ventura) y Mario mientras esperan en medio de la noche, o cuando ambos llegan a una recicladora de plásticos para trabajar o más bien "cachuelear" entre bolsas de botellas vacías.

  Presentada en el Festival de Venecia y luego en la TV, "Paraiso", primera película de ficción del peruano Héctor Gálvez, muestra el trabajo con los actores, sin muchas complejidades, un ambiente sub-urbano limeño aislado de otras zonas céntricas, y en general una historia que queda a la deriva como si dejara una interrogante sobre el futuro del grupo.




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