Sed de mal
A pesar de los problemas
que tuvo en su realización, Touch of evil
(1958) es considerado un importante e influyente film noir. Y no solo por mostrar temas controversiales como la
corrupción policial, el secuestro, el chantaje o las drogas. Los filmes de Welles
están constituidos alrededor de una gran personalidad; basta recordar a Charles
Foster Kane, Falstaff, Otello, el abogado Hastler o Hank Quinlan. Y el conflicto surge del choque entre la
megalomanía de estos personajes y la moralidad de las voces de su conciencia.
Estilísticamente podría decirse que hay una alternancia entre la calma y la
locura; entre los ángulos excéntricos, los movimientos rápidos y dinámicos, y
una relativa estabilidad escénica.
Los problemas del final
cut
Como ya antes había ocurrido con The Lady
from Shanghai (1948), Orson Welles no pudo terminar la edición de Touch of evil. En julio de 1957, Welles
deja la edición de Touch of evil en manos de Aaron Stell. Meses después la productora Universal International Pictures alquila
al director Harry Keller para filmar algunas escenas adicionales. En diciembre
de ese año, luego de ver el corte final, Welles escribe un memo a Edward Muhl,
vice-presidente de la Universal, exigiendo algunas correcciones y cambios que
fueron realizados en parte. En abril de 1958, la “release versión” de Touch of
evil fue estrenada como una B-movie, al lado de The female animal de Harry Keller.
Según
Lawrence French, uno de los primeros cambios que pidió Welles en su memo fue el
lugar de los créditos y la música de Henry Mancini, durante la famosa secuencia
inicial. Welles quería una sucesión de “diferentes y contrastantes números
musicales latinoamericanos” para dar el efecto de pasar de una orquesta de
cabaret a otra, mientras Vargas (Charlton Heston), Suzie (Janeth Leigh) y el
auto con su peligrosa carga, cruzaban la frontera con México.
Otra se
las sugerencias de Welles fue doblar varias líneas de diálogo del Procurador
distrital Adair, el policía Pete Menzies y Al
Schwartz,
porque no tenían la fuerza ni el ánimo necesario. Welles además pidió incluir
una línea dicha por él mismo (Cap. Hank Quinlan) que concluye la escena en la
que discute con el fiscal mexicano Miguel Vargas sobre la explosión: “Come
on Pete, lets get back to civilization”.
Welles,
sin embargo, estuvo de acuerdo con los editores que decidieron partir la escena
entre Joe Grandi y Suzie para intercalar otra entre el detective Hank Quinlan
(Welles) y el fiscal Vargas, logrando mantener la continuidad. Welles quería
mostrar como el “amenazante villano” Joe Grandi termina siendo “más asustado”
frente a las duras palabras de Suzie.
En 1976, la Universal lanzó una “complete
uncut and restored versión“ de 108 minutos en video, con nuevas escenas
dirigidas por Welles y Harry Keller. Sin embargo, esta “preview versión” no tuvo el consentimiento de su director.
En 1998, los productores Rick Schmidlin,
Bill Varney y el editor de sonido Walter Murch, lanzan una “definitiva versión”
de 112 minutos, re-editada y restaurada. Un
"quasi-director's cut" que incluyó algunos cambios pedidos por Welles
que no se llegaron a realizar en la “release
versión”.
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