Django sin cadenas
Un oeste salvaje, violento, surreal y fascista es el telón de fondo para este spaguetti western de Quentin Tarantino, inspirado en westerns como Django (1966) y El gran silencio (1969) de Sergio Corbucci.
El caza
recompensas alemán Dr. King Schultz (Christopher Waltz) siempre tiene una buena
razón para salvar el pellejo y justificar la muerte de los bandidos que busca,
amparándose en los tribunales de justicia. Sus contundentes y cínicas
explicaciones logran convencer a un Alguacil, luego al hacendado Big Daddy,
seguidor del Ku Klux Klan, y también al propio esclavo liberado Django (Jamie
Foxx), cuando duda en ejercer su nuevo “oficio” y matar a un forajido buscado
por robo.
Al llegar a Mississippi, Django intenta jugar el
papel de un insensible traficante de esclavos, pero Schultz se muestra
perturbado ante la crueldad del hacendado Calvin J. Candie (Leonardo DiCaprio),
e intenta impedir la muerte de un esclavo mandingo a quien Calvin trata como si
fuera un animal inservible.
Algunos
críticos han dicho que los enfrentamientos finales en la plantación de
Mississippi son “orgasmos que sensualizan
la violencia al extremo de vaciarla de cualquier contenido”; también que “la explosión de violencia tiene un efecto de pirotecnia vistoso pero
algo fácil como conclusión”.
Comentarios