El espacio entre las cosas


  "Esto no es un retrato (quizás no sea una película)" se lee en el afiche de "El espacio entre las cosas" (2012), como si nos advirtiera que la “película” no se ajusta a los parámetros de algún género cinematográfico, como si esta “película” estuviera más cerca del video arte, del documental o de la experimentación, que de la ficción.

   Si bien el hilo de la historia está marcado por una constante voz en off que cuenta la vida y reflexiones de un policía llamado Glauber, nunca vemos ni al narrador ni al personaje, salvo que las dos personas que aparecen a mitad de la película sean ellos. Las imágenes no se relacionan con la voz en off de un narrador desconocido que se parece más al de "Histoires du cinema" de Godard, que al de "Les herbes folles" de Alain Resnais. Más bien es la música la que parece adaptarse a cada uno de los distintos espacios y lugares.

  Quizás sea el azar que menciona el director Raúl del Busto, lo que ha construido esta película. Dejar que las cosas pasen, que los hechos fluyan tal cual frente a la cámara. De hecho algunas escenas en la selva amazónica o en la feria de diversiones podrían estar en el terreno documental, en esa búsqueda de una realidad o “experiencia epifánica” de la que se habla.

En una pasada muestra de la colección Lemaître se pudo ver un video llamado "Riyo" (1999) de Dominique González, en el que la cámara registra las casas en la orilla de un rio que pasan en un largo y lento travelling, y se escucha una conversación telefónica entre una pareja, que "transforma el contexto urbano en un sitio biográfico de encuentro y flirteo".

[Festival Lima Independiente] 
 


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