Las canciones



  Un moreno cuenta cómo un día se armó de valor para decirle a una chica lo enamorado que estaba. La “canción” que canta refleja lo que sentía en ese momento. Él ha robado, ha sido ladrón. Ahora tiene seis hijos y se siente orgulloso de que la gente le diga “Qué bien formaste a tus hijos”. A pesar de ser pobre y vivir muchos años en una favela, se siente feliz. ¿Qué tan grande es tu felicidad?, pregunta el director. ¿Qué tan grandes es?, vuelve a preguntar el hombre. “Mira, si el mundo fuese dividido en dos, mi felicidad sería tan grande que se derramaría sobre la otra parte”.

   Las canciones son importantes para las personas que se sientan frente a la cámara porque les traen recuerdos de familiares, de amores pasados. Las canciones les hacen volver a vivir momentos, recuerdos que permanecen en la memoria. A través de la canción popular, a través de la música y las letras, los brasileños expresan la emoción, la tristeza y la alegría, dice Eduardo Coutinho. “Eso es lo que recoge el canto popular, historias de pasiones, que es al final a lo que se reduce el mundo: dinero, amor, familia, salud, sexo, muerte y religión”.

   Countinho muestra a las personas hablando de su vida, de sus experiencias, de sus penas y alegrías. Sus conversaciones, a veces improvisadas, sin ningún plan previo, buscaban testimonios sinceros y personales sobre el pasado, testimonios etnográficos o antropológicos sobre la vida, como los de “Chronique d'un été” de Jean Rouch.

  ¿Cuál es el tema o la idea central en Las canciones? Tal vez la identidad, la idiosincrasia, la felicidad, el amor, la vida… Cada quien es libre de pensar y elegir lo que quiera.

   A pesar de todo, Countinho fue algo pesimista sobre el documental y su condición marginal frente a la ficción: 


  “El documental no será nunca el main-stream, es decir que el centro será siempre la ficción, una historia contada con actores, que hace que el público se ilusione. Pero tengo la esperanza de que el documental se vuelva un poco menos marginal”.



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