El viaje de un poeta



Y es que jugó la guerra de los hombres
Ese día se armaba de una rosa
El fusil del poeta es una rosa
(Chabuca Granda)

   Peones saludan a los señores hacendados, acercan sus cabezas y se alejan, se arrodillan y el patrón les toca el hombro.

  Plano general de un rio serpenteante y dorado reflejando la luz del sol.

  
  El documental “El viaje de Javier Heraud” (2019) de Javier Corcuera se desliza como un rio a través de poemas, cartas, fotografías, amores, anécdotas y la música de Pauchi Sasaki. Un viaje emocional que descubre la personalidad y el humor de una ausencia recuperada. 
"Más allá de los signos de la política o las letras, podríamos decir que es el viaje hacia una permanente actualidad”. (M. Lauer)
    La continuidad de testimonios y lugares, incluso las fotos tomadas por el poeta, reflejan intimidad, humanidad y una forma de ver el país. Diáfana y musical, la poesía de Heraud se inspira en la naturaleza, la vida armoniosa y el transcurrir del tiempo. 

   En su poesía hay un río violento que inunda las casas y los corazones, que canta a los hombres (“El río”); un verano contra la ardiente tiranía de la primavera (“Las estaciones”); las blancas escamas de los peces caídas al son del viento del otoño (“El otoño y el mar”); las moras, granadas y flores de madreselva en el pequeño jardín (“Mi casa muerta”).

  Las
tensiones de la Guerra Fria y la revolución cubana en los años sesenta, influyeron en la radicalización de algunos partidos de izquierda y en la germinación de una inquietud. El poeta y sus compañeros querían lograr un cambio en la sociedad, seguir el sueño de una utopía, creer en una hazaña liberadora de la desigualdad. Heraud emprendió un viaje del que no regresaría. 




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